La investigadora del IIAMA-UPV, María Pedro Monzonís, ha desarrollado una metodología que permite adaptar los balances hídricos al sistema de contabilidad del agua que promueve el plan para salvaguardar los recursos hídricos de Europa, conocido como Blueprint y propuesto por la Comisión Europea.
Este es el principal resultado del estudio realizado en su tesis doctoral “Assessment of water exploitation indexes based on water accounting” y que ha sido dirigida por Abel Solera, miembro del instituto valenciano y Javier Ferrer Polo, Comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).
El objetivo principal de este estudio es llevar a cabo una metodología que permita la transición entre los balances hídricos y las cuentas del agua, teniendo en cuenta las especiales características de las cuencas mediterráneas, con un elevado grado de regulación y el uso de recursos no convencionales.
El trabajo parte de la premisa de que la formulación de los balances hídricos no supone una tarea sencilla, de ahí que no exista unanimidad en su planteamiento y se hayan empleado diferentes criterios para su definición durante los últimos años. “El enfoque europeo se complica aún más ya que intervienen más variables adicionales, como la evapotranspiración o la humedad del suelo, que hasta la fecha no se habían considerado”, indica la Dra. María Pedro.
La herramienta de análisis: AQUACCONTS
Por estas razones, la investigadora María Pedro ha desarrollado una herramienta de análisis denominada, AQUACCOUNTS. Se trata de un postproceso que recopila conjuntamente la información de un modelo hidrológico y un modelo de gestión, con el objetivo de “reordenar la información para presentarla de acuerdo con los criterios demandados en la contabilidad del agua”.
Para ello, ha tomado como referencia el Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica del Agua (SEEAW por sus siglas en inglés) propuesto por Naciones Unidas y ha incorporado el factor económico a su herramienta. “Hemos configurado una versión que determina el coste medio del suministro y la procedencia de los recursos hídricos. De este modo, disponemos de unas tablas estandarizadas que permiten comparar los recursos disponibles entre diferentes territorios”, sostiene la Dra. María Pedro.
María Pedro, durante la defensa de su doctorado
Determinar el grado de estrés del sistema
Por otra parte, también se ha tratado de encontrar un índice que permita describir el comportamiento de un sistema de recursos hídricos y que tenga en consideración el origen de los recursos empleados como medida del grado de estrés de los sistemas. Se ha tomado como partida el índice de explotación conocido como WEI por sus siglas en inglés, que fue definido por la Agencia Europea de Medio Ambiente y que expresa la relación entre la demanda anual y los recursos a largo plazo.
Como caso de estudio se ha considerado la Demarcación Hidrográfica del Júcar, ya que, como otras demarcaciones en la región mediterránea, está afectada por la escasez de agua y sufre repetidos episodios de sequía. Se ha calculado el índice WEI para cada sistema de explotación, “comprobándose que cuanto mayor es el índice, menor es la contribución de los recursos convencionales, como son los suministros superficiales y subterráneos” manifiesta María Pedro Monzonís.