El Instituto Universitario de Investigación de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente tiene el objetivo de impulsar la investigación científica y técnica así como promover la docencia especializada y el asesoramiento técnico en todos aquellos temas relacionados con el agua. Desde su nacimiento en 2001, pretende ostentar un liderazgo, constituyendo un referente donde acudir ante problemas tecnológicos concretos relacionados con la Ingeniería Hidráulica y el Medio Ambiente. Hablamos con Ramón Barat, investigador del grupo de Calidad de Aguas y subdirector del IIAMA.
Pregunta: En primer lugar, Sr. Barat, nos gustaría conocer su trayectoria profesional hasta el puesto que ocupa actualmente.
Respuesta: Estudié Ingeniero Agrónomo en la Universitat Politècnica de València y cuando finalicé la carrera, empecé a trabajar en la ingeniería IDOM en el ámbito de la gestión territorial y medio ambiente.
Tras dos años en el sector privado, en el año 2000 surgió la posibilidad de entrar en la universidad como profesor dentro del Departamento de Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente de la UPV y a partir de ese momento paralelamente a mi labor docente, inicié mi carrera investigadora desarrollando la tesis doctoral que terminé en 2004. Actualmente soy investigador del grupo de Calidad de Aguas (CALAGUA) –formado por personal del Departamento de Ingeniería Química de la Universitat de València y del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA)- y subdirector del IIAMA.
«Una de nuestras principales líneas de investigación se centra en desarrollar tecnologías y procesos de tratamiento que permitan transformar el concepto tradicional de las EDAR»
P.- La investigación es una marca personal del IIAMA. En su caso, forma parte del grupo de Calidad de Aguas. ¿Qué proyectos destacaría de esta línea?
R.- El grupo de Calidad de Aguas (CALAGUA) lleva más de tres décadas trabajando en el tratamiento de aguas residuales. Una de nuestras principales líneas de investigación se centra en desarrollar tecnologías y procesos de tratamiento que permitan transformar el concepto tradicional de las EDAR de eliminación de contaminantes, a uno más sostenible de recuperación de recursos. Y este estudio lo desarrollamos desde un punto de vista integral, abarcando distintos ámbitos que van desde la ingeniería de los procesos, modelación matemática, monitorización y control, etc.
Por tanto, la mayoría de nuestros proyectos van orientados en esta línea: cómo transformar la EDAR tradicional en una instalación del siglo XXI que nos permita valorizar los recursos de acuerdo a los principios de la economía circular. En este sentido, creemos que en esa transformación es clave valorizar elementos como el agua para su posterior reutilización, la materia orgánica para la producción de energía, y el nitrógeno y fósforo como aportes necesarios para la agricultura.
P.- Uno de los grandes problemas medioambientales que afronta nuestro planeta es el de las aguas residuales. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el sector?
R- Tal y como he comentado anteriormente, el principal reto es transformar la EDAR clásica en una planta de recuperación de recursos.
Un buen ejemplo de la necesidad que tenemos de abordar este desafío, es cuando analizamos la situación en que se encuentra un recurso no renovable como es el fósforo. Según apuntan diversos estudios, la sobre explotación de las minas de roca fosfática pone en riego los aportes de este elemento esencial para la vida durante las próximas décadas, por lo que su producción disminuirá en cantidad y aumentará en costes. La alta presencia de fósforo en las aguas residuales, tradicionalmente considerado como un residuo, nos está forzando hacia el desarrollo de métodos y procesos que nos permitan extraer el fósforo del agua residual y su posterior recuperación y reincorporación al sistema productivo, principalmente en forma de un fertilizante conocido como estruvita.
Otro reto importante para el sector es el campo de los contaminantes emergentes. Necesitamos conocer su impacto en el medio ambiente y determinar cómo eliminarlos durante el tratamiento de las aguas residuales de forma efectiva y sostenible.
P.- ¿Qué medidas está tomando IIAMA y el grupo de Calidad de Aguas para hacer frente a dichos retos?
R.- Desde el IIAMA y en concreto desde el grupo CALAGUA, bajo el marco de distintos proyectos europeos, nacionales y autonómicos, trabajamos en distintos tipos de tecnología y tratamientos encaminados a recuperar recursos y reducir los costes de explotación de las EDAR de la forma más sostenible.
Por ello, realizamos estudios tanto a nivel experimental como a nivel de modelación matemática y de control y monitorización de los procesos.
P.- ¿Cuáles son las principales oportunidades que ofrecen las aguas residuales?
R.- Apostar por sistemas más sostenibles: la tecnología de tratamiento anaerobio de membranas es un buen ejemplo, ya que nos permite valorizar la materia orgánica que tenemos en el agua residual y separar mediante el empleo de membranas el fango del agua ya tratada. Esta agua es de gran calidad y tiene un alto contenido en nitrógeno y fósforo, por lo que se presenta como un potencial recurso para su empleo en agricultura, aportando no solo agua sino importantes cantidades de nutrientes. De esta forma se pueden reducir tanto los costes de tratamiento como los costes en la producción de fertilizantes.
Sin embargo, el problema que nos encontramos en este caso son las barreras normativas para la utilización de esta agua, por lo que estamos abordando y coordinando dentro de un grupo de trabajo a nivel europeo –junto a otras entidades y administraciones- la forma de propiciar marcos regulatorios adecuados, para impulsar soluciones innovadoras en el contexto de la economía circular.
«En este sector el binomio agua-energía es fundamental porque el agua residual contiene materia orgánica que es un potencial productor de energía»
P.- Agua y energía forman un binomio casi inseparable. ¿Qué oportunidades se presentan cuando hablamos de mejorar la eficiencia conjunta en el uso de estos recursos?
R.- En este sector el binomio agua-energía es fundamental porque el agua residual contiene materia orgánica que es un potencial productor de energía. Este proceso se contrapone al método convencional en el que se utiliza oxígeno para degradar la materia orgánica, con el correspondiente elevado coste energético.
Es necesario cambiar la filosofía en el tratamiento de aguas apostando por métodos más sostenibles, ya que con esta tecnología el consumo energético es menor frente a los métodos más convencionales, reduciendo también la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y, por tanto, disminuyendo los costes económicos y ambientales en las EDAR.
P.- Por último, hablemos de Marketing y Comunicación. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta una entidad como IIAMA en estas áreas?
R.- Debemos trasladar a la opinión pública los resultados de tantos años de dedicación y esfuerzo para que los ciudadanos perciban que su calidad de vida mejora gracias a la investigación.