• El trabajo se ha desarrollado en las cuencas de la zona sur del Mar Menor, que generaron los mayores aportes de sedimentos en el evento de diciembre de 2016.
  • Los resultados obtenidos con TETIS determinan que en las zonas de cultivos es importante promover las prácticas de conservación del suelo y las estructuras vegetales lineales.

Reforestar la zona montañosa de cabecera de cuenca, diseñar estructuras vegetales lineales entre parcelas agrícolas o aplicar la cantidad necesaria de fertilizantes a los cultivos, son algunas de las medidas que mejorarían el estado ecológico del Mar Menor a largo plazo, según un estudio realizado por los investigadores del IIAMA-UPV (Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València), Félix Francés, Cristina Puertes, Antonio Lidón e Inmaculada Bautista.

El trabajo desarrollado para la Consejería de Medio Ambiente de la Región de Murcia, busca conocer qué medidas son más efectivas para mejorar la situación de este enclave natural ubicado en el sudeste de España. Para ello, los miembros del IIAMA han evaluado la información existente, proporcionada por la administración autonómica y la empresa TRAGSATEC, sobre la situación de los acuíferos, la concentración de nutrientes en el agua o el volumen de fertilizantes y riego aplicado en la agricultura, entre otros.

La información obtenida se ha modelizado con el software de simulación hidrológica y ambiental TETIS, en su versión 9.0, “que ha reproducido el estado al menos de una parte de la cuenca vertiente al Mar Menor a nivel hidrológico, sedimentológico y del ciclo de nitrógeno”, explica Cristina Puertes.

El modelo TETIS ha evaluado la información sobre el estado ecológico del Mar Menor, así como la efectividad de las medidas de actuación propuestas

Tras ello, tanto la Consejería de Medio Ambiente como los investigadores del IIAMA, propusieron una serie de medidas de actuación que se han modelizado con TETIS, para obtener su efectividad a través del porcentaje de reducción de la cantidad de nitrógeno y sedimentos que llega a la laguna con cada una de ellas.

Esquema conceptual de una ladera dentro del modelo TETIS.

Las medidas engloban diferentes acciones como prácticas de conservación del suelo, estructuras vegetales lineales entre campos, dejar una distancia de entre 500 metros y 100 metros desde la línea de costa hacia el interior donde no existan cultivos no leñosos, reforestar la zona de monte o aplicar las cantidades máximas de fertilizantes reguladas según el Decreto-Ley 1/2017, de 4 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad ambiental en el entorno del Mar Menor, adaptadas al estado fisiológico de la planta”, resalta la investigadora del IIAMA.

Aplicando solamente lo establecido en el Decreto-Ley 1/2017 es posible reducir el volumen de nitrógeno que alcanza la laguna en un 35 %

Principales resultados obtenidos

Los resultados obtenidos determinan que a nivel sedimentológico la medida con mayor impacto a largo plazo es la reforestación de las zonas de monte, mientras que en las zonas de cultivos es importante promover las prácticas de conservación del suelo y las estructuras vegetales lineales, “que reducirían en torno al 50 % el flujo de sedimentos”, señala el profesor Félix Francés. Sin embargo, a corto plazo (hasta que la reforestación se desarrolle lo suficiente para ser efectiva), son los diques y los filtros verdes la única opción.

Las concentraciones de N en el acuífero cuaternario son tan altas que sólo será posible reducir los flujos de N procediendo a su descontaminación o mediante la captación del flujo subterráneo con pozos.

Comparación de la percolación de nitrógeno total (kg/Ha/año) en las cuencas del sur del Mar Menor en dos escenarios: izquierda en situación actual y derecha con optimización de la fertilización agrícola. Se puede apreciar claramente la cuantificación en el espacio de la reducción conseguida.

En cuanto al nitrógeno (N) presente en el suelo y que contamina los acuíferos, el estudio demuestra que aplicando solamente lo establecido en el Decreto-Ley 1/2017 -que marca la cantidad necesaria de fertilizante a aportar en función del tipo de cultivo-, es posible reducir el volumen de nitrógeno que alcanza la laguna en un 35%, «por lo que no sería necesario reducir el número de rotaciones de cultivos y con ello, la producción de tres a dos cultivos anuales, ya que mejora los resultados sólo ligeramente».

Desafortunadamente, las concentraciones de N en el acuífero cuaternario son tan altas, que “a corto y medio plazo sólo será posible reducir significativamente los flujos de N procediendo a su descontaminación o mediante la captación del flujo subterráneo con pozos y/o drenes perimetrales“, concluye el Dr. Francés.