Investigadores del IIAMA-UPV (Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València) han desarrollado una metodología que permite definir las Zonas de Mezcla (ZM) en aguas costeras -tal y como determina la Directiva Marco del Agua (DMA)-, y por tanto delimitar la superficie y dimensión adyacente a un punto de vertido.

Este trabajo ha sido realizado por el Grupo de Evaluación del Impacto Ambiental del IIAMA, y tiene su origen en el Real Decreto que regula en España esta normativa y establece que: “debe ser cada Comunidad Autónoma quien incorpore en sus planes hidrológicos de cuenca, una descripción de los enfoques y métodos aplicados para definir dichas zonas, así como las medidas adoptadas, con vistas a reducir la extensión de dichas zonas de mezcla en el futuro”.

«En la Comunitat Valenciana no existe legislación que regule la ZM, por lo que esta metodología podría servir de referencia», afirma la subdirectora del IIAMA, Inmaculada Romero

Por este motivo, se ha diseñado una técnica -aplicada en el emisario submarino de Gandía-, que podría ayudar a gestionar las masas de aguas y alcanzar un buen estado ecológico de las aguas en la Comunitat Valenciana.

“Sabiendo que en la Comunitat Valenciana no existe legislación que regule este ámbito, esta metodología podría servir de punto de partida para, analizando caso por caso, delimitar concretamente la extensión de cada ZM y por tanto extenderse al resto de emisarios submarinos de la Comunitat Valenciana o incluso a vertidos de cauces”, afirma la subdirectora del IIAMA, Inmaculada Romero.

De hecho, la Dra. Romero resalta la importancia de acotar la ZM, ya que cuando se delimita una superficie cercana al punto de vertido en el que se admite que se supere la norma de calidad ambiental, se determinan una serie de actuaciones de mejora.

“El objetivo final de la DMA es que los estados miembros y organismos de cuenca definan las zonas de mezcla, para de esa forma comprometerse a que las dimensiones afectadas vayan disminuyendo hasta alcanzar las concentraciones admisibles para la directiva”, afirma la profesora de la UPV.

Técnica desarrollada

La extensión de la ZM depende de cada caso de estudio, por lo que no existe una superficie común para todos los vertidos

La metodología basa su innovación en el uso del software gratuito de la EPA (Environmental Protection Agency of United States), Visual Plumes, diseñado para simular la superficie afectada directamente por el vertido, teniendo en cuenta una serie de parámetros como las condiciones del contaminante, su movimiento, las concentraciones de las sustancias prioritarias presentes en dicho vertido, el caudal y las características del medio receptor

En este sentido, la subdirectora del IIAMA establece que la extensión de la ZM depende de cada caso de estudio, por lo que no existe una superficie común para todos los vertidos, ya que en aquellos países o CCAA donde se ha aplicado, “se ha dado una dimensión general y común para todos, que son 100 metros desde el punto de vertido, independientemente de las condiciones del punto de vertido del medio receptor”.

No obstante, en el caso de estudio de Gandía “se ha delimitado una región que abarcaría desde el punto de vertido hasta una distancia horizontal de 6,5 metros y desde la profundidad de emisión del efluente, 17 metros, hasta los 3,5 metros de profundidad”, concluye Inmaculada Romero.