Con motivo del “Día de la mujer y niña en la ciencia” conversamos con Dariana Isamel Ávila Velásquez, investigadora del Grupo de Modelos Hidroeconómicos (GIMHE) del IIAMA, quien nos aporta la visión de una joven investigadora que inicia su camino en el ámbito de la ciencia.

Dariana es hondureña de área rural, concretamente de la zona de influencia de la Reserva Biológica Montecillos, que considera su propio laboratorio de campo dada la biodiversidad existente. Ha estudiado el Grado en “Recursos Naturales y Ambiente” por la Universidad Nacional de Agricultura en Honduras, completando su formación con el Máster en “Ingeniería Ambiental” con especialidad en “Gestión Ambiental de la Ingeniería Civil´, impartido por la Universitat de València y la Universitat Politècnica de València. Decidió cursar el máster, ya que quería especializarse en temas de agua, comprender el ciclo hidrológico y cambio climático haciendo uso de Sistemas de Información Geográfica (SIG) y Teledetección.

A lo largo de su incipiente trayectoria académica ha recibido múltiples premios en temas académicos, sociales y ambientales, como el premio Centroamericano de excelencia académica “Rubén Darío” o el máximo galardón de la Cátedra Planeta y Desarrollo Sostenible. Actualmente, realiza su tesis doctoral en el IIAMA con un contrato Formación al Profesorado Universitario (FPU), bajo la supervisión de Manuel Pulido y Héctor Macián.

Pregunta: ¿Por qué motivo decides cursar tu posgrado en España?

Respuesta: Cuando estaba en el grado tuve la oportunidad de trabajar con un geólogo de Oviedo (España), que fue mi tutor, quien me animó a trasladarme a España para vivir la experiencia de poder estudiar en una universidad europea. Al graduarme me dediqué a trabajar en proyectos de conservación de ecosistemas, medios de vida, agua y cambio climático en la Reserva Biológica Montecillos. Era un trabajo técnico y percibí que, si continuaba en ese lugar, no seguiría creciendo en al ámbito científico. Entonces valoré mucho el consejo que me brindo mi tutor, ya que en mi país no podía seguir especializándome para ser científica.

Sin embargo, salir de Honduras con nuestros propios medios es muy difícil, por lo que apliqué a la beca “Luis Vives” de La Unidad de Cooperación de la Universitat de València (fondos de la Generalitat Valenciana) que me concedieron.

Esto me permitió estudiar el máster en “Ingeniería Ambiental” que ha sido muy positivo para mi formación académica. Estudiar en el extranjero te aporta experiencia a nivel académico, cultural, y personal.

“Mis padres y abuelo me inculcaron la pasión por la conservación y defensa de los recursos naturales”

P.- Comentas que desde pequeña has sentido curiosidad por la ciencia gracias a la región donde naciste, ¿cómo es la vida en una comunidad rural?

R.- Desde que soy niña me apasiona la naturaleza y su comportamiento, tenía mi propio laboratorio en la región donde nací, ya que soy de la zona de influencia de la reserva biológica Montecillos, La Paz Honduras.

Siempre me ha interesado mi entorno natural: desde pequeña quería comprender lo que pasaba en nuestro planeta tierra, pero sobre todo en dicha reserva. Todo ello, gracias a mis padres y abuelo, quienes me inculcaron la pasión por la conservación y defensa delos recursos naturales. Cuando tenía 11 años estaba estudiando a los grandes científicos como Albert Einstein y Isaac Newton, lo que me motivó a decir: “De mayor yo quiero ser científica”.

“En la comunidad rural hay espíritu de trabajo y superación. Para mí es un privilegio proceder de una zona rural”

La vida en la comunidad rural es de mucho aprendizaje colectivo en armonía con la naturaleza y las labores del campo, ya que el acceso a la tecnología e información es limitado lo que permite fortalecer las relaciones personales y sociales.

Reserva biológica Montecillos, La Paz Honduras

Reserva biológica Montecillos, La Paz Honduras

Como mis padres son líderes comunitarios, dedicamos nuestro tiempo a realizar procesos participativos en la gestión del agua o de emprendimiento. Un ejemplo de éxito son las cooperativas de ahorro y crédito rural lideradas por mujeres, entre las que se encuentra mi madre Ludys Velasquez Mejía. En la comunidad rural hay espíritu de trabajo y superación. Para mí es un privilegio proceder de una zona rural.

“Junto a mi padre y hermano hemos dedicado mucho tiempo a investigar diferentes formaciones geológicas, cuyos hallazgos los he presentado en congresos nacionales”

P.- ¿Qué te ha aportado profesionalmente crecer en una zona como la Reserva Biológica Montecillos?

R.- Me ha aportado multitud de ventajas en mi formación profesional. Por ejemplo, en el Trabajo Fin de Grado estudié la reserva haciendo uso de los Sistemas de Información Geográfica. También he formado parte de proyectos, con financiación de Estados Unidos y Europa, para la conservación de las Áreas Protegidas de Honduras, en especial esta reserva.

Además, junto a mi padre y hermano, hemos dedicado mucho tiempo a investigar diferentes formaciones geológicas, identificando lugares donde hay fósiles marinos y bosque petrificado, cuyos hallazgos los he presentado en congresos nacionales. Asimismo, también reportamos las aves y plantas de la reserva para tener una base de datos del ecosistema.

Cada vez que vuelvo a mi casa y veo la montaña y su sistema de vida, me hace reflexionar y se convierte en una fuente de inspiración para poder tomar decisiones y como podría encaminar mi investigación.

Esto me recuerda que debemos investigar con una visión humanista, ya que hay muchas necesidades que solventar y problemas sociales que afectan a la población que vive allí. La ciencia no debe olvidarse de su vertiente humanista, ya que le permite conocer mejor la realidad social de su entorno.

“En Honduras necesitamos un pacto de estado por la ciencia para avanzar y que permita, a todas las investigadoras que estamos fuera del país, aportar nuestro conocimiento para ayudar al progreso de Honduras”

P.- ¿Cuál es la situación de la ciencia en tu país natal?

R.- Honduras se encuentra en Centroamérica y es unos de los países donde existe un cierto retraso científico y tecnológico. Severo Ochoa ya lo decía: “un país sin investigación, es un país sin desarrollo”.

Dariana Ávila realiza su tesis doctoral bajo la supervisión de Manuel Pulido y Héctor Macián

Dariana Ávila realiza su tesis doctoral bajo la supervisión de Manuel Pulido y Héctor Macián

Como país tenemos estudiantes y profesionales que no lo perciben como una barrera, sino todo lo contrario, como una oportunidad para la creación de soluciones basadas en el conocimiento. Sin embargo, la realidad actual es que para ser científica debes salir del país. Por ello, necesitamos un pacto de estado por la ciencia para avanzar y que permita, a todas las personas investigadoras que estamos fuera del país, aportar nuestro conocimiento para ayudar al progreso de Honduras.

Actualmente las científicas hondureñas estamos agrupadas en la “Organization for Women in Science for the Developing World” OWSD-HN, y este 10 de febrero tendremos el primer “I Simposio Nacional de Mujeres en Ciencia”. Esto supone un gran avance para las mujeres y las niñas en la ciencia de Honduras.

“Mi referente científico es Maryam Mirzakhani, matemática iraní galardonada con la “Medalla Fields”

P.- ¿Tienes alguna referente científica?

R.- Mi referente científico es Maryam Mirzakhani, matemática iraní galardonada con la Medalla Fields”, siendo la primera mujer en recibir este premio equivalente al Nobel de las matemáticas. Ella decía “uno se tortura a sí misma, pero nadie dijo que la vida fuera a ser fácil». Admiro su historia de vida.

P.- ¿Qué consejos darías a las adolescentes hondureñas que quieren dedicarse a la ciencia?

R.- Si es posible rodéense de personas que sumen de manera positiva en tu vida. Organízate en grupo, por ejemplo, yo estoy en GeoLatinas (Latinas en ciencias de la Tierra y Planetarias) y la OWSD-HN, que me ha permitido conocer a muchas científicas que con su experiencia de vida te guían y comparten oportunidades para continuar formándote.

Otro consejo sería que busquen lo que más les apasione, no importa el tiempo que cueste lleve encontrarlo, porque al final tendrán recompensas. También que luchen por lograr sus sueños, pero que nunca se olviden su origen, ya que eso te recordara de dónde vienes, hasta dónde has llegado y donde quieres llegar. Les cito mi frase “Desde los orígenes el saber vivir”.

P.- El pasado año obtuviste el primer premio de la Cátedra Planeta, ¿cómo reaccionas cuándo te enteras que has sido galardonada?

R.- Muy feliz y agradecida y saber que los esfuerzos eran recompensados. La noticia fue de mucha felicidad para mi familia y para mi comunidad en Honduras, ya que soy la primera generación que he continuado con estudios de maestría y de doctorado en mi familia y comunidad, por lo que doy gracias a Dios por este premio.

“Mis trabajos de tesis doctoral se centran en mejorar la gestión de agua para riego en cuencas mediterráneas, combinando teledetección, predicción meteorológica e inteligencia artificial”

P.- Define tres atributos que debe tener cualquier persona que quiera dedicarse a la investigación.

R.- La verdad que me estoy iniciando en la investigación, pero podría enmarcar algunos atributos:

  • Tener vocación y ser apasionado: buscando el equilibrio en tu vida para que esa pasión no muera.
  • Ser curioso y disciplinado: sin olvidar tu vida, en especial tu salud física y mental.
  • Ser humilde, generoso y agradecido: en la vida, a pesar de sus dificultades y más las que se pueda presentar en la ciencia, siempre debemos actuar con humildad y agradecimiento.

P.- Por último, explícanos en que consiste los trabajos de doctorado que estás realizando.

R.- Mi trabajo se centra en la mejora de la gestión de agua para riego en cuencas mediterráneas, combinando teledetección, predicción meteorológica e inteligencia artificial. Mi director es el Prof. Dr. Manuel Pulido Velázquez, contando con la tutorización del Dr. Héctor Macián Sorribes y a nivel agrícola (Teledetección) con la guía del Dr. Miguel Ángel Jiménez Bello y la Dra. Esther López Pérez.