Regina Temiño, investigadora del grupo de Evaluación del Impacto Ambiental (GEIA) del IIAMA-UPV, ha desarrollado un modelo matemático sencillo para estimar las concentraciones naturales de nutrientes de las aguas costeras, de acuerdo a la aplicación de la Directiva Marco del Agua (DMA).
Esta técnica es resultado de los estudios realizados en el proyecto “Análisis de las características de las aguas costeras y de transición de la Comunitat Valenciana, así como el estudio de la repercusión de la actividad humana en éstas en aplicación de la DMA”, financiado por la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural y que ha sido dirigido por la responsable del GEIA, Inmaculada Romero Gil.
El modelo diferencia las concentraciones naturales de nutrientes de los aportes antrópicos
La investigación busca cumplir el objetivo de la DMA de alcanzar el buen estado ecológico de todas las aguas continentales y costeras de la Unión Europea. Para ello, se ha diseñado un modelo matemático de eutrofización que permite “diferenciar las concentraciones naturales de nutrientes de los aportes antrópicos”.
En este sentido, Regina Temiño señala que uno de los principales problemas de las aguas costeras “es el exceso de nutrientes debido a la actividad antrópica” -fenómeno conocido como eutrofización- y que provoca “abundante presencia de fitoplancton, disminución de oxígeno disuelto, aumento de floraciones de algas tóxicas, turbidez y reducción de la biodiversidad”.
Sin embargo, hasta estos momentos no existía una metodología exacta para evaluar la contaminación por nutrientes, ya que el marco que se tomaba como referencia era el acuerdo de Junio de 2010 entre Comunidades Autónomas y el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas del Ministerio de Medio Ambiente (CEDEX-MMA). Éste establecía las condiciones de referencia en base a unos valores determinados por un grupo de técnicos, que se sustentaban en la propia experiencia de los profesionales, no sobre ningún estudio.
Hasta estos momentos la metodología se basaba en unos valores determinados por un grupo de técnicos, fruto de su experiencia
Metodología desarrollada
Para desarrollar el modelo se han medido las concentraciones de nutrientes y fitoplancton de muestras de la tipología II de aguas costeras, recogidas mensualmente desde 2006 a 2010 en la demarcación hidrográfica del Júcar.
Concretamente, se han analizado varios parámetros fisicoquímicos de la masa 2, correspondientes a la zona de la sierra de Irta (Castellón), que es la masa de referencia al encontrarse en un parque natural y por tanto, menos contaminada.
Área analizada en el estudio
Asimismo, se ha determinado cuáles son los procesos principales en el ciclo del nitrógeno, teniendo en cuenta las reacciones principales, tal y como sostiene la investigadora del IIAMA.
“El objetivo no es estimar una concentración exacta, sino una concentración de referencia aproximada. Hemos tenido en cuenta las reacciones principales: nitrificación, desnitrificación, amonificación, muerte y crecimiento del fitoplancton, y hemos añadido un término de entradas netas que engloba a los flujos de sedimentos, aportes subterráneos … También hemos estimado la dispersión con masas contiguas”.
Las aguas de la sierra de Irta están poco contaminadas, en contraposición con las áreas más cercanas a las grandes ciudades y zonas agrícolas
Posteriormente, se han utilizado los datos de muestreos de los dos primeros años para ajustar el modelo y los tres siguientes para validarlo. Una vez se han realizado estas modificaciones, Regina Temiño explica que para obtener las concentraciones de referencia de amonio y nitrato “se desestiman las concentraciones altas de nutrientes que se consideran, según el modelo, debidas a causas antropogénicas y a continuación se introducen los valores promedio de los cinco años de muestreos, (de temperatura, fotoperiodo, intensidad lumínica, clorofila y fosfato)”.
Estado ecológico de las masas de agua
Los primeros resultados determinan que las aguas de la zona de la sierra de Irta (masa 2) están poco contaminadas, en contraposición con las áreas más cercanas a las grandes ciudades y zonas agrícolas, donde existe mayor contaminación de amonio y concentración de nitrato, respectivamente.
De hecho, para la investigadora del IIAMA era de esperar que el nitrato incumpliese la DMA en una zona agrícola “como la demarcación norte de Valencia”, mientras que el amonio lo hiciera cerca de la masa 7 “que corresponde a la ciudad de Valencia”.