• El proyecto The HuT implica a 10 regiones de Europa que investigan nuevas formas de gestionar los riesgos extremos asociados al cambio climático.
  • Uno de los resultados presentados fue una instalación artística en el Jardín Botánico titulada ‘Bienvenidos al 2050’, en la que se representaba como sería la ciudad de València del año 2050 si no se adoptan estrategias para mitigar los impactos del cambio climático.

El IIAMA-UPV (Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València) albergó el pasado mes de octubre la Asamblea General del proyecto The HuT, donde expertos de diferentes regiones europeas debatieron cómo abordar eventos extremos como incendios forestales, olas de calor, sequías, tormentas, inundaciones y deslizamientos de ladera.

Concretamente, el encuentro sirvió para compartir los resultados preliminares del primer año del proyecto, conocer sus progresos y asegurar el buen funcionamiento de la investigación, mediante la planificación de los próximos objetivos y distribución del trabajo con el resto de socios participantes.

“La investigación implica a 10 regiones de Europa y 26 socios que buscamos cómo implementar nuevas formas de anticipar y gestionar los riesgos extremos, muchos de ellos asociados al cambio climático”, afirma Manuel Pulido, director del IIAMA e investigador principal por parte de la UPV.

“El proyecto busca cómo comunicar de forma eficaz el potencial impacto de los eventos extremos”

El proyecto también busca cómo comunicar de forma eficaz el potencial impacto de estos eventos extremos. De hecho, uno de los resultados presentados fue una instalación artística en el Jardín Botánico titulada ‘Bienvenidos al 2050’, en la que se representaba el potencial clima de València en el año 2050 si no se adoptan estrategias para mitigar los impactos del cambio climático.

Adrià Rubio presentando el caso del estudio liderado por el IIAMA-UPV

“En colaboración con Chele Esteve, comisaria y profesora del Máster Universitario en Ingeniería del Diseño de la UPV y Salva Mascarell, artista local, se diseñó una pequeña instalación que representaba las condiciones climáticas a las que podría verse abocada València en el año 2050”, explica Adrià Rubio, investigador del IIAMA participante en el proyecto.  

En el interior de la instalación, el espectador experimenta la sensación de asfixia por la humedad y el calor, y se le presenta un cuadro de un paisaje azul líquido pintado sobre un tejido muy sensible a la luz, de modo que irá perdiendo su color azul con el paso de los días. El objetivo final es lanzar un mensaje de concienciación muy importante entre los ciudadanos valencianos: las sequías y las olas de calor van a marcar el futuro de esta ciudad si no se frenan.

“Los fenómenos climáticos extremos son una señal de alerta para que todos tomemos medidas urgentes para combatir el calentamiento global”

“Los fenómenos climáticos extremos son una señal de alerta para que todos tomemos medidas urgentes para combatir el calentamiento global y mitigar sus impactos en nuestro planeta. El colapso climático parece haber comenzado y solo mediante la colaboración de todos podremos frenarlo”, coincidieron los expertos.

Instalación artística en el Jardín Botánico titulada ‘Bienvenidos al 2050’

Trabajo de la UPV

El trabajo del equipo UPV, coordinado por el IIAMA pero con investigadores del Departamento de Urbanismo y el Instituto de Tecnología de los materiales, parte de la realidad de que la ciudad de València está sufriendo, cada vez más y con mayor frecuencia, sequías intensas y olas de calor extremas. Estas últimas pueden tener un impacto sobre la salud de la población.

Por este motivo, se trabaja en el desarrollo de modelos que mejoren la gestión y optimización de recursos hídricos y que permitan anticipar las sequías en las cuencas del Júcar y el Turia. A su vez, desde el proyecto se busca diseñar un mapa del clima urbano que permita conocer la influencia de distintas características urbanas —morfología, presencia de vegetación, porosidad de los elementos, edificios, pasillos de ventilación o tipo de pavimento en la afección de las olas de calor en los barrios de la ciudad, y de este modo, establecer opciones de adaptación específicas.

Por último, se está trabajando en la identificación de indicadores que permitan identificar la población más vulnerable a las olas de calor urbanas, con el objetivo de desarrollar un sistema de alerta que genere avisos con suficiente anticipación dirigidos a los ciudadanos más vulnerables.