Jorge Palmero Barrachina obtuvo el premio Accésit en la categoría “Ingeniería del Agua y Cambio Climático” por su Trabajo Final de Grado “Servicios ecosistémicos de la infraestructura verde: cuantificación y estimación económica del almacenamiento de carbono y flujos de agua en un proyecto piloto en Benicalap”, dirigido por Antonio Lidón (IIAMA-UPV), Dionisio Ortiz Miranda (Departamento de Economía y Ciencias Sociales de la UPV) y David Alfonso Solar (Instituto de Ingeniería Energética de la UPV).
Jorge cursó el Grado en Ingeniería Forestal y del Medio Natural en la Universitat Politècnica de València. Actualmente se encuentra trabajando en República Checa para un Instituto de Investigación de Ecosistemas Forestales llamado “Ústav pro výzkum lesních ekosystémů, s. r. o.” (IFER, por sus siglas en inglés).
Pregunta: En líneas generales, ¿explícanos en qué consiste el trabajo galardonado?
Respuesta: En València, más concretamente en el parque de Benicalap, se pretende crear una nueva infraestructura verde como solución basada en la naturaleza, que ayude a solventar los problemas ocasionados por el estrés por calor y la excesiva impermeabilización y drenaje deficitario en zonas urbanas. Estas alternativas sostenibles tratan de incorporar la naturaleza en el entorno urbano con el fin de proporcionar una serie de servicios ecosistémicos. El diseño y la gestión de este tipo de infraestructuras influyen considerablemente en la provisión de dichos servicios, siendo necesaria su cuantificación y valoración.
Mi estudio realiza una aproximación de la cantidad de carbono acumulado y secuestrado por los árboles de la atmósfera, así como la regulación de los flujos de agua
En mi trabajo se realiza una aproximación de la cantidad de carbono acumulado y secuestrado por los árboles de la atmósfera, así como la regulación de los flujos de agua, con el fin de cuantificar la adicionalidad producida por dicha infraestructura verde sobre la situación actual. También se valora económicamente, no con el objeto de obtener un precio de mercado, sino para obtener un valor social.
La regulación de los flujos de agua y el almacenamiento de carbono se calcula con el software I-tree Eco v6, que estima los crecimientos de las especies vegetales a lo largo de un periodo de treinta años en dos escenarios: uno con las condiciones climáticas representativas de los valores medios de los últimos años, considerando que el cambio climático no acentúe la temperatura ni reduzca las precipitaciones, y otro para unas condiciones de baja precipitación, en el que las temperaturas y precipitaciones se asimilan a un año muy seco y cálido como fue el de 2013 en Valencia. Mediante un balance de agua se estima la escorrentía, el drenaje y el agua retenida en el suelo, el cual se caracterizó previamente en laboratorio. Una vez cuantificados los servicios proporcionados por la parcela actual y la futura infraestructura verde, se determina la adicionalidad producida por la intervención.
Por último, para realizar una aproximación de los beneficios económicos prestados por el proyecto piloto, se le asigna un valor a cada servicio y se estudia su evolución en el tiempo a través del cálculo de índices generales de precios en el mercado de las emisiones de carbono, el tratamiento de aguas residuales y del agua de riego.
P.-¿Cuáles son sus principales líneas de investigación?
R.- La línea general de investigación en la que se enmarca este trabajo es el papel de la infraestructura verde en la reducción o mitigación de los efectos del cambio climático en las ciudades. En concreto en el trabajo, aplico modelos ya establecidos que permiten cuantificar el carbono acumulado en las especies arbóreas y los flujos de agua en el suelo, en diferentes escenarios climáticos. Aunque me gustaría especializarme en el balance de carbono y agua en los ecosistemas forestales, en la actualidad colaboro en temas de investigación forestal en República Checa.
Cuando escuché la primera vez hablar de los servicios ecosistémicos, sabía que me gustaría dedicarme a esto algún día porque sencillamente es algo que me apasiona
P.- ¿Cómo surge la idea de llevar a cabo este trabajo?
R.- La primera vez que escuché hablar de los servicios ecosistémicos fue en una clase de “Gobernanza Forestal y del Medio Natural” con mi profesor Dionisio Ortiz Miranda. Cuando él nos estaba explicando en que consistían este tipo de servicios y cómo funcionaban los pagos por servicios ambientales, yo sabía que me gustaría dedicarme a esto algún día porque sencillamente es algo que me apasiona.
Concretamente, en una de las salidas de campo con los profesores Paco Galiana y María Vallés en el Parc Natural de la Serra de Calderona, un ingeniero de montes nos comentó que hacía relativamente poco tiempo habían cuantificado algunos de los servicios ecosistémicos que proporcionaba el parque a la sociedad. Este ingeniero explicó cómo se habían cuantificado estos servicios y cómo se puede demostrar con números la importancia de los bosques para la sociedad. Yo no dudé un momento y le pregunté a Paco y a María si yo podría hacer algún tipo de cuantificación de servicios ecosistémicos para mi Trabajo Final de Grado. Ellos enseguida me dijeron que sí, que era algo que no se veía muy habitualmente en los trabajos de grado, sino de máster, pero yo me quise lanzar a la piscina porque en ese momento era lo que me llamaba la atención, sobre todo la parte del carbono y del agua.
Más tarde, Paco y María me ayudaron a contactar con Antonio Lidón, por su gran conocimiento y disposición a ayudarme en la parte del agua, con David Alfonso Solar que me ayudó a saber interpretar y utilizar el software de “I-tree Eco v6” y con Dionisio Ortiz que me enseñó a valorar económicamente este tipo de servicios ecosistémicos y sobre todo hacerme entender que este tipo de valor monetario no tiene como finalidad una transacción, sino un valor social y un toque de atención a las políticas.
Todas las hipótesis de intervención estudiadas aportan una adicionalidad positiva en cuanto al almacenamiento de carbono, escorrentía evitada y drenaje acumulado destinado a recarga de acuíferos
P.- Tras el estudio, ¿qué conclusiones has obtenido?
R.- Las conclusiones más relevantes son que todas las hipótesis de intervención estudiadas aportan una adicionalidad positiva en cuanto al almacenamiento de carbono, escorrentía evitada y drenaje acumulado destinado a recarga de acuíferos. Sin embargo, los beneficios proporcionados oscilan considerablemente dependiendo del tipo de intervención que se realice, lo que demuestra la importancia de cuantificar y valorar adecuadamente los servicios ecosistémicos para poder así predecir cuál es la decisión más apropiada de las diferentes alternativas a la hora de gestionar o diseñar un espacio verde.
También, a pesar de que los matorrales no albergan mucho CO2 en sus tejidos, su gran capacidad de retener agua en la superficie de sus hojas hace que sean una herramienta muy efectiva para regular los flujos de agua en el suelo.
Por otra parte, el aumento de drenaje depende fundamentalmente del riego que se suministre a las especies implantadas. Esto es lógico ya que los riegos en este tipo de infraestructura verde no producen escorrentía, y la totalidad del agua aportada solo puede hacer variar el drenaje, la evapotranspiración y la variación de la lámina en el perfil.
P.- ¿Cuál es el posible impacto social de tu proyecto?
R.- En el trabajo realizado, se ha estimado el valor social que proporciona dicha infraestructura verde en unidades monetarias, que es la mayor referencia que tiene la actual sociedad de mercado para sopesar la importancia de los servicios ecosistémicos. Esto, puede ser una buena justificación para invertir y clasificar dichos servicios en un ranking de valores que tiene como finalidad el reto de dar más importancia a la protección, cuidado y restauración del medio ambiente en las decisiones políticas.
Las infraestructuras verdes pueden ser una solución eficaz y económica para evitar las recurrentes inundaciones por las lluvias torrenciales, debido a su gran capacidad de retención de agua en el suelo
P.- Bajo tu punto de vista, ¿qué medidas se deben articular en las ciudades para adaptarse al cambio global?
R.- Creo que una parte importante del problema actual con los gases de efecto invernadero en la atmósfera recae, por una parte, en la legislación y actividad económica, y por otra parte en nosotros los consumidores. Si se desea cumplir el Acuerdo de París (2015) y los objetivos del IPCC para 2030, todos tenemos que hacer un esfuerzo para limitar nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Hay múltiples maneras de reducir nuestras emisiones y es importante concienciar a la gente para poder lograrlo, pero sin lugar a duda sería muy útil, de cara a alcanzar estos objetivos, aumentar la superficie de infraestructuras verdes donde los árboles amortigüen el estrés por calor y capten CO2 de la atmósfera.
En cuanto al agua, creo que las infraestructuras verdes pueden ser una solución eficaz y económica para evitar las recurrentes inundaciones por las lluvias torrenciales debido a su gran capacidad de retención de agua en el suelo. Como se muestra en el estudio realizado, la mejora de infiltración y la disminución de escorrentía superficial por parte de la futura infraestructura verde en Benicalap son muy notables.
P.- ¿Son las infraestructuras verdes una posible medida de adaptación eficaz?
R.- Las infraestructuras verdes proporcionan muchos beneficios a la sociedad, tanto ambientales, como económicos y sociales. Como se puede ver en el estudio realizado, este tipo de infraestructuras proporcionan una considerable disminución de gases de efecto invernadero en la atmósfera y un mejor manejo del agua en el suelo. Sin embargo, estos beneficios pueden llegar a disminuir considerablemente en función de cómo sea diseñado, gestionado y ejecutado dicho proyecto. Por lo tanto, las infraestructuras verdes sí son una posible medida de adaptación eficaz, siempre que sean bien diseñadas y gestionadas.
P.- ¿Cómo reaccionas cuando te enteras que has obtenido el Accésit “Ingeniería del Agua y Cambio Climático” de los Premios IIAMA?
R.- Estaba a punto de hacer una entrevista para la facultad “Fakulta lesnická a dřevařská” (Facultad de Forestales y ciencias de la madera en idioma checo) en la universidad “Česká zemědělská univerzita v Praze”, ya que me gustaría estudiar el máster titulado “Lesní inženýrství” (Ingeniería forestal). Cuando vi que era ganador de este Accésit enseguida llamé a mi familia para decírselo. Estábamos todos muy contentos, mi madre me dijo que gritó de alegría en su trabajo y yo tuve que controlar las emociones para poder seguir pensando en la entrevista que tenía que hacer. Fue un momento inolvidable.
La I+D+i es el motor que genera nuevas ideas para solventar problemas actuales y futuros
P.- ¿Qué opinas acerca del futuro de la I+D+i en España?
R.- Para mí, la I+D+i es el futuro de España y del resto del mundo. Es el motor que genera nuevas ideas para solventar problemas actuales y futuros y mejorar en el día a día. Invertir en la I+D+i se traduce en sostenibilidad a largo plazo. Lamentablemente, viendo los resultados de los años anteriores, España sigue estando muy lejos de alcanzar el objetivo del 2% que el Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación mantiene para este año 2020.